Durante estos meses hemos vivido una situación sin precedentes en nuestras vidas. La incertidumbre por la situación de pandemia y el cambio en nuestros hábitos y rutinas por el confinamiento ha provocado en todas nosotras un impacto psicológico y emocional.
Todas hemos sentido algo de ansiedad, tristeza o aburrimiento en algunos momentos, y a todas nos han afectado en mayor o menor medida los cambios de rutinas, el sedentarismo, no poder disfrutar de muchas de nuestras actividades de ocio y tiempo libre, la falta de relación directa con nuestros seres queridos, la incertidumbre ante el día a día, el exceso de información ….
Ahora llega el momento de ir retomando poco a poco nuestra vida, pero con reglas diferentes. El distanciamiento social, el uso de mascarillas…aún nos recuerdan lo que ha pasado y que debemos seguir estando alerta.
Es el momento clave en el que hay que comenzar a afrontarlo de la mejor manera posible.
Te contamos cómo afrontar distintos aspectos psicológicos para evitar complicaciones y volver a retomar nuestra vida:
Sé precavid@ pero ¡cuidado con el exceso de precaución!.
Todos sabemos que debemos usar mascarilla, mantener una distancia o lavarnos las manos si hemos tocado algún objeto de uso común.
Dentro de estas normas, debemos aplicarlas de una manera lo más racional posible: Si ya te has limpiado las manos con el gel y no has vuelto a tocar ningún objeto de uso público, no es necesario que vuelvas a lavártelas. Piensa si realmente es necesario. Al llegar a casa, reflexiona sobre tus hábitos de limpieza: si estás comenzando a lavar en exceso alimentos, productos, etc.
Es importante estar alerta ante estos comportamientos si vemos que comienzan a limitar en exceso nuestra vida, ya que pueden desencadenar en trastornos u otros problemas psicológicos como la tendencia a comprobar, el exceso de necesidad de control o los pensamientos de tipo obsesivo.
Continúa el proceso de retomar tu vida de manera paulatina
Salir, hablar con otros, visitar algún familiar…Seguro que has oído hablar del llamado “síndrome de la cabaña”. Es una consecuencia habitual después periodos de confinamiento y es más frecuente entre las personas que no han estado acompañadas. Nos sentimos más segur@s en nuestra casa y tenemos síntomas de ansiedad ante la idea de salir y recuperar nuestros hábitos previos.
En este caso no se trata de síntomas graves pero sí que pueden dañar tu calidad de vida y tener un impacto negativo en tu salud.
Si te está pasando esto te recomendamos que comiences saliendo a pasear en periodos cortos por lugares en los que te sientas más segura y con más control (ej. en los que haya menos gente), que disfrutes de estas salidas fijándote en las sensaciones agradables de ir paseando ( el sol, la luz, el aire en tu piel), para que poco a poco te sientas cada vez más segura y motivada para salir y normalizar tu vida.
También es fundamental que vigilemos nuestros pensamientos, y reconducirlos
Si constantemente van hacia ideas catastrofistas o negativas. Un exceso de pensamientos de este tipo puede afectar a nuestro estado de ánimo o provocarnos ansiedad. Plantéate si estás interpretando tu realidad entorno al COVID (síntomas físicos o de salud, etc.) y si te notas con más apatía o con más inquietud. Cuanto antes tomemos conciencia de cómo nos está afectando, antes podemos ponerle solución y prevenir trastornos relacionados con estado de ánimo o la ansiedad.
Fomenta en ti una mentalidad de crecimiento
Piensa en lo que has podido aprender de esta experiencia. Qué aspectos positivos y de fortaleza te ha mostrado de ti misma.
Si cualquiera de estos síntomas está limitando tu vida o te impide tomar decisiones consúltalo con un profesional. Tu médico de cabecera o tu psicólogo están ahí para ayudarte.
Retoma tu vida, cuida tus pensamientos, racionaliza el miedo, y no dudes en consultar a un /a psicólogo/a si necesitas dar, acompañad@, este primer paso hacia delante.
Alicia Jiménez Castellot
Puedes ver este artículo también en nuestra colaboración con centradaenti.es